tag:blogger.com,1999:blog-59350491126536558702024-03-05T09:54:11.294-03:00Veinte CargasUlises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.comBlogger113125tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-77832123715004055512016-07-26T13:17:00.001-03:002016-07-26T13:17:56.689-03:00Los abusos de los débiles<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">En las sociedades de clases, como todo el mundo sabe, las sentencias judiciales favorecen casi universalmente a los débiles, a los pobres, a los infelices, a quienes protegen de los ricos y poderosos. Sobre esa perversión del sistema alertó el Presidente Mauricio Macri en una nota que publicó La Nación el domingo pasado. Si la Justicia fuera menos injusta con los capitalistas, si privilegiara un poco menos a los trabajadores, reflexiona Macri, habría más inversiones, y por lo tanto más empleo, mejores salarios. Tal vez, si los jueces recapacitaran, y entendieran que los patrones también tienen derechos, la justicia social quedaría más cerca.</span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-2581182206607728282016-07-10T23:47:00.001-03:002016-07-11T00:28:42.917-03:00Macri, el rey, la angustia y la Chola<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiM1uTEY46rXC3vVfNvYdhhAlv0DenF2PhhSSwEZ1_AYB23h8b9qDGfzovgE1fmJa7-KvOENfuo5qINuJntA3_B1sc2oiCdw9v4FLD8_7K460mTaUDgKkopjMxF7Czuhi75DB90jIGSxGo/s1600/macri+y+el+rey.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiM1uTEY46rXC3vVfNvYdhhAlv0DenF2PhhSSwEZ1_AYB23h8b9qDGfzovgE1fmJa7-KvOENfuo5qINuJntA3_B1sc2oiCdw9v4FLD8_7K460mTaUDgKkopjMxF7Czuhi75DB90jIGSxGo/s320/macri+y+el+rey.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">“Se va la Chola, Chola se va”, cantaba el uruguayo Eduardo Mateo
hace más de cuarenta años. “Qué soledad”, cantaba, porque la Chola se iba de su
casa. A la mamá se le iba la Chola, a vivir sola o vaya a saber, porque Mateo
no lo explicaba. En el discurso pre político y casi pre lingüístico de Mauricio
Macri, la independencia que los pueblos de esta región del mundo proclamaron en
1816 respecto de las poderosas monarquías europeas era más o menos lo mismo que
la ida de la Chola de la casa de su mamá.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Por eso le dijo a su “querido rey”, Juan Carlos de Borbón y Parma, asesino de
elefantes, y tal vez no solo de elefantes, pero sobre todo discípulo preferido
del dictador oscurantista y genocida Francisco Franco, caudillo de España por
la gracia de dios, que los revolucionarios de 1816 debían haber sentido
angustia al separarse de la Corona.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Ni Mateo ni su hermosa canción tienen ninguna
responsabilidad en el asunto, claro. En todo caso, si lo cité es porque esa
canción es una de las obras musicales que mejor me transmiten la angustia de la
partida de la hija que se independiza. No es que Macri esté a la altura de ella.
Pero el modo en que el Presidente se
refirió el 9 de julio a la declaración de la independencia de la Provincias Unidas
de la América del Sur remite a eso, a la despedida de un hijo que ha crecido y
que se va, no sin angustia, de la casa de sus padres.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Seguramente, si se tiene en cuenta la historia familiar del
personaje, el asunto da para que los psicólogos opinen. Pero me resisto a tratarlo como un negocio
privado. Macri ignora explícitamente la causa
popular americana y la de sus líderes: Artigas, Belgrano, San Martín, Güemes.
Todos ellos combatieron con las ideas y con las armas, no a los españoles en su
conjunto, pero sí al Absolutismo, a la monarquía despótica, a los privilegios
de los ricos, al sojuzgamiento de los pueblos americanos por los poderes
imperiales.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new", courier, monospace;">Entonces, Macri, no es que la Chola se vaya de la casa de su
mamá, con angustia o sin ella. Es que los hijos apropiados echan de su casa a
sus siniestros apropiadores, y lo hacen con razones, con justicia, con
esperanza, con coraje. De angustia, poco. Y no piensan invitar a los
apropiadores a celebrar con ellos el día de su liberación. Eso lo hace usted,
Macri, y hasta los que no sabemos por qué, lo imaginamos. Y también imaginamos que a
usted ni siquiera le importa la Chola.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-10483918661327438822016-01-05T22:44:00.000-03:002016-01-05T22:44:17.444-03:00Borges y las magias inútiles<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJOIPFknR6WYPQsesn1J7TeFs7trk8_V5CwCm7uRt96SdWIE2Z1UvnPlzL2Y-uLQbmFFtv8rFZPgATLIOod-shKtwFSHQYi40fxUecmgZibnWrxtbuko5nSg_KzAxuiNtjG9MtN7R2PDc/s1600/borges+escribiendo.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJOIPFknR6WYPQsesn1J7TeFs7trk8_V5CwCm7uRt96SdWIE2Z1UvnPlzL2Y-uLQbmFFtv8rFZPgATLIOod-shKtwFSHQYi40fxUecmgZibnWrxtbuko5nSg_KzAxuiNtjG9MtN7R2PDc/s320/borges+escribiendo.jpg" width="320" /></a><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 17.5636px;">Para salir un poco de la angustia que en estos días genera la política, o mejor, la antipolítica, apelo a diversas cosas. Una de ellas, volver al viejo y querido Jorge Luis Borges. Y leo, sin premeditación: "Es el amor. Tendré que ocultarme o huir". Y leo: "Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo". Y "es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles". "Me duele una mujer en todo el cuerpo", escribe Borges, porque el poema se llama El Amenazado, y la amenaza es el amor. Y porque es inevitable, vuelvo al principio. A nosotros no nos amenaza el amor, sino el odio. El odio de clase. Gracias igual, Maestro, los de las magias inútiles es maravilloso.</span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-18311915895787126072015-12-14T20:58:00.001-03:002015-12-14T20:58:47.056-03:00La Corte de Macri<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif; font-size: 14px; line-height: 17.5636px;">El Presidente Macri ha nombrado a dos ministros de la Suprema Corte sin acuerdo del Senado. ¿Un atropello mayor a la democracia? Difícil, pero Adrián Ventura, en La Nación, pretende suavizar: "Se trata de una alternativa poco utilizada en épocas democráticas y cuyo antecedente más claro fue la Corte que nombró Bartolomé Mitre, en 1852". Un detalle: el antecedente no se produjo en la República Argentina. En 1852, Mitre era un lider porteño, y Buenos Aires estaba separada del resto del país. Diez años más tarde, Mitre fue Presidente, un cargo que conquistó a sangre y fuego. Es extraño que Ventura no lo sepa.</span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-18241300121820562482015-12-10T15:07:00.001-03:002015-12-10T15:07:44.314-03:00Choripaneros<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El pueblo argentino a lo largo de dos siglos, según los
sucesivos bautizos de la gente decente: vagos y mal entretenidos, bajo pueblo, bárbaros,
chusma, criollos brutos, tanos brutos, gallegos brutos, rusos de mierda,
cabecitas negras, negros de mierda. Ahora, choripaneros. Tal vez la última designación,
con sus numerosos significados, sea la más brutal.</span><o:p></o:p></div>
Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-71702782570392025542015-12-06T00:19:00.000-03:002015-12-06T00:19:16.269-03:00Macri, la avanzada de Washington<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 17.5636px;">El triunfo de Mauricio Macri, que es como decir del capital concentrado y de los centros de poder financiero, es una avanzada en la región de las políticas de Washington. No es teoría: el nuevo gabinete, atiborrado de gerentes y directores de grandes corporaciones, y el sometimiento del futuro ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, al secretario del Tesoro de los Estados Unidos, expresado en un llamado telefónico para requerir opinión sobre las primeras medidas económicas, no dejan espacio a la imaginación. Está bien reflexionar sobre el poder de los medios de comunicación y sobre los errores políticos propios, pero tal vez convenga no perder de vista el marco general. O sea, el hilo semi oculto que une a los globos amarillos con las bombas de racimo que asesinan a muchedumbres en Oriente Medio. Sin prejuicios.</span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-5534176021670715922014-11-25T22:36:00.000-03:002014-11-25T23:06:56.956-03:00No como Brown<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjec68jU6t4-cgK53AqbTlMMb-KFbGmRZcdhYD3rPx2L51iBgseMFyu1upMITv0Vbv_uvLwSHbx_0y2CyLMpxQ-wTvBhaS172rEuCs4arUETGOKm6gRJtgQXyvW5QReCGQR4O8JtCEh8sY/s1600/brown.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjec68jU6t4-cgK53AqbTlMMb-KFbGmRZcdhYD3rPx2L51iBgseMFyu1upMITv0Vbv_uvLwSHbx_0y2CyLMpxQ-wTvBhaS172rEuCs4arUETGOKm6gRJtgQXyvW5QReCGQR4O8JtCEh8sY/s1600/brown.jpg" height="179" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En el país de la libertad y de los individuos armados, un
policía blanco asesina a un muchacho negro. Michael Brown, el chico, tiene 18
años, y está desarmado. En Ferguson, la
pequeña ciudad donde suenan las balas, lo ve medio mundo. Tres meses más tarde,
un Gran Jurado decide que no hay pruebas para condenar a Darren Wilson, el
agente que apretó el gatillo. Wilson dice que lo lamenta, pero que volvería a
actuar de la misma manera. Dice que temió por su vida, porque Brown lo superaba
físicamente. Y además era negro. Eso no lo dice. No importa si muchos testigos ven
a Brown con las manos en alto cuando su cuerpo encaja los seis tiros que le pega
Wilson. Y si lo ven caer a 150 metros del policía que teme por su vida. La
población de Ferguson, cuando conoce el fallo judicial, estalla. Incendia autos,
corta avenidas y autopistas, arroja botellas y ladrillos contra vehículos
policiales. Pide justicia. Hay decenas de detenidos. Todo transcurre en un
estado, Missouri, con una larga y dramática historia de crímenes contra la
minoría negra. Su gobernador se llama Jay Nixon. Su tío Richard hizo célebre al apellido. En
otras ciudades y pueblos del enorme país otros miles salen también a la
calle. En Cleveland, Ohio, un agente dispara
una bala de verdad a un niño negro de 12 años que empuña un arma de juguete, y
lo mata. El Jefe de Policía lo defiende. En San
Luis, Missouri, la multitud ocupa las escalinatas del Tribunal que ha exculpado
al matador de Brown, y advierte: “Si no lo procesan, vamos a pelear”. Barack
Obama, el primer Presidente negro de la historia del enorme país, habla del
asunto. Sin embargo, no anuncia que va a tratar de poner fin a los crímenes
blancos. Pide que las protestas sean pacíficas. Les pide serenidad a las
víctimas. Nada a los culpables. Muchos recuerdan entonces que él es negro, pero
no como los otros. No desciende de africanos esclavizados en los Estados Unidos.
No como Brown. </span><o:p></o:p></div>
Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-82134870356086753892014-09-25T23:46:00.001-03:002014-09-26T09:17:37.031-03:00Motochorros en tv<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicIQhyphenhyphen5AiTlioAsywzgbv2ZVgWigcmkmB5sPFkkPWAHm0nJtBz2scCwjBp-CEdFJb87f0YOuGjWeNI2ibKxQFxczUwnMPxwmD89cy72VK4tWNn1XPOQD_gYehQ6B4CjCIpv3mUUomxG48/s1600/motochorro.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><br /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhI-Xv9QjJTnc9eIgEI-lkwxZCSW4eYF68dh3xi4XUxG2F19sP1uLiNM1rqpt8BNYAvIeIHF7IE4SLqQSBOv2RwQ1aLforkTZuH5iEUXm81fv6KvUDvd_FAkW29JSRcAM7UQ9vEzGBrO1A/s1600/motochorros+en+tv.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhI-Xv9QjJTnc9eIgEI-lkwxZCSW4eYF68dh3xi4XUxG2F19sP1uLiNM1rqpt8BNYAvIeIHF7IE4SLqQSBOv2RwQ1aLforkTZuH5iEUXm81fv6KvUDvd_FAkW29JSRcAM7UQ9vEzGBrO1A/s1600/motochorros+en+tv.jpg" height="224" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Motochorro es el nombre </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 115%;">vulgar de su </span><span style="line-height: 115%;">especie. Al motochorro
de La Boca, que asaltó a un turista canadiense, lo exhiben por la tele. Es como
un animal enjaulado que se les muestra a los paseantes en el zoo. </span><span style="line-height: 115%;">Pero el tipo se prende, y hace su parte.
Recita, en clave individual y oportunista, los motivos que intentan explicar
las relaciones colectivas, sociales, tendenciales, entre la desigualdad y el
delito. Logran, entre Mauro Viale y él, que todo suene falso. Lo lograron.
Punto para Viale, y para los mata-delincuentes, para los meta-bala, para los
mano dura. Con los milicos estábamos mejor.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Al día siguiente, los lectores-comentaristas del diario La Nación no podrían ser más
claros, ni más repugnantes. Uno dice que al pardito ese habría que meterle un
tiro entre las cejas. Otro lamenta la vergüenza de que el video del asalto circule entre
los blancos de todo el mundo, y maldice a Cristina K, que por supuesto es la
culpable de que ese negro siga con vida después de su afrenta a la civilización. Uno
más, que habría que desenterrar a los muertos queridos del delincuente (no lo
expresa con palabras tan amables), y volverlos a matar delante de él, para
después, por fin, matarlo a él.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">A la noche, en una radio, una locutora de linda voz que
conduce un programa en el que pasan tangos, parece haber entendido que lo de Viale fue
una apología del delincuente. Se queja, entonces, de que ahora lo único que
falta es que el motochorro se convierta en un mediático, y termine bailando en
el programa de Tinelli. Un tal Lucas, columnista de deportes en el programa, la
tranquiliza, sin ironía ninguna: “No, eso no va a suceder, Tinelli es una buena
persona”. </span></div>
Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-2427483848323525492014-08-25T23:32:00.001-03:002014-08-28T21:31:12.113-03:00Esta noche juega El Trinche<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/icbGMtN75tU?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<span style="color: #37404e; font-family: Helvetica, Arial, lucida grande, tahoma, verdana, arial, sans-serif;"><span style="background-color: white; font-size: 14px; line-height: 20px;">No supe de él hasta ahora, a pesar de que siempre seguí el fútbol, y a pesar de que en los años en que él jugó, los setenta, yo hasta escribía en las páginas de alguna sección Deportes. Los he descubierto ahora, a la realidad y al mito, gracias a este documental que me hizo ver un amigo de mis hijos, que ni siquiera había nacido entonces, y que ahora vive en Madrid. El Trinche Carlovich, rosarino, dice en algún momento de la película que para él jugar en Central Córdoba era lo mismo que hacerlo en el Real Madrid. Lo cierto es que fue siempre un jugador de la segunda división. "No jugó en Primera porque él no quiso", dice el Colorado Killer. "Le gustaba más jugar al fútbol que ser profesional", dice César Menotti. "A veces las cosas no se dan", dice él, a los 65 años, y lagrimea cuando alguien le recuerda la frase que decían los que solo querían verlo en una cancha, con la pelota: "Esta noche juega El Trinche". </span></span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-89213694314058727092014-05-21T00:07:00.000-03:002014-05-21T17:43:15.988-03:00Morena y jornalera<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: large;">La generosidad, la paciencia y la perspicacia de mi
compañero y amigo Roberto Fernández, avezado explorador de viejos archivos, me
permitieron ver hoy una copia del acta de bautismo de mi abuelo materno, José
Robledo, que nació en 1890 en Villaguay, Entre Ríos, mi pueblo también. En el
documento, el cura señala que el chico es hijo natural de Paula Robledo. Y como al pasar, define con dos palabras a la joven madre soltera: “morena
y jornalera”. Morena, jornalera, madre
de un hijo natural, mi abuelo, a fines del siglo XIX, en un pequeño pueblo en
medio de la selva montielera. Salud, bisabuela Paula. Gracias por este tardío,
conmovido, luminoso orgullo.</span><o:p></o:p></div>
Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-21696955748578391342014-02-25T01:06:00.000-03:002014-02-25T01:06:01.816-03:00Banderita cubana<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi03EDuOKyNdO0vdifQNRjChzDY1p90jjU6DBW69o-8cKJeJNYkNApUstWJpEHNdIknocqvkbC615D74mFqz4IDU_vL8OVXlf_7LRhsaG9t_-N5fSJhPgffrAeQjNQBURPbehc5KOLHL8M/s1600/banderita+cubana.jpg" imageanchor="1" style="background-color: white; clear: right; display: inline !important; float: right; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 12.800000190734863px; line-height: 18px; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi03EDuOKyNdO0vdifQNRjChzDY1p90jjU6DBW69o-8cKJeJNYkNApUstWJpEHNdIknocqvkbC615D74mFqz4IDU_vL8OVXlf_7LRhsaG9t_-N5fSJhPgffrAeQjNQBURPbehc5KOLHL8M/s1600/banderita+cubana.jpg" height="215" width="320" /></a><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="background-color: white; color: #37404e; line-height: 18px;">Mi hija Clara </span><span style="background-color: white; color: #37404e; line-height: 18px;">acaba de volver de La Habana, adonde fue invitada a leer su poesía en el cuarto Encuentro de Jóvenes Escritores de América Latina y el Caribe. Ella es, también, fotógrafa. Entre otras muchas, trajo esta foto, que me</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #37404e; display: inline; line-height: 18px;"> recordó de inmediato unos versos de Nicolás Guillén, de los tiempos heroicos. Acá van la foto, los versos, y mis emocionadas felicitaciones para Clara.<br /></span></span><br />
<span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #37404e; display: inline; line-height: 18px;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">"¡Ay, qué linda mi bandera,<br />mi banderita cubana,<br />sin que la manden de afuera,<br />ni venga un rufián cualquiera<br />a pisotearla en La Habana!"</span></span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-59566646832005166212013-12-19T23:45:00.000-03:002013-12-19T23:45:34.077-03:00Bergoglio marxista papa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_p9qxghaNf-1dmoGfqmRZWEc1CmLdnHLJAAcGVN3TJ1B_42WpA3vvIvybht8TJvVQkrybRPkOTPX46gWbUorGO4XwCYMcAGWIzXKuwxzzmmh_3NxZOQj42aaOsJqKZXXOh33HDFMglN8/s1600/bergoglio+marxista.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_p9qxghaNf-1dmoGfqmRZWEc1CmLdnHLJAAcGVN3TJ1B_42WpA3vvIvybht8TJvVQkrybRPkOTPX46gWbUorGO4XwCYMcAGWIzXKuwxzzmmh_3NxZOQj42aaOsJqKZXXOh33HDFMglN8/s1600/bergoglio+marxista.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Francisco, nacido Jorge Bergoglio, rey absoluto de la
iglesia católica, ha dicho recientemente que no es marxista pero que no lo
ofende que lo llamen así. Habría que decir que quienes han incurrido en
semejante barbaridad son miembros de grupos fundamentalistas de los Estados
Unidos que creen que la especie humana lleva 6.000 años sobre la Tierra, y que
los fósiles de uno o más millones de años han sido colocados allí por el propio
dios para poner a prueba la fe de los creyentes. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Muchos de ellos creen, como su ídolo George W. Bush, que en
algún momento de sus vidas han visto realmente a dios, el falsificador de
fósiles, por lo general en su rol de Jesucristo. Con esa apariencia,
precisamente, el ser supremo encargó a Bush que masacrara a los iraquíes, una misión que el presidente cumplió con rigor evangélico. Después, Bush contaba la charla
con el crucificado, y su público la creía.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Más allá de quiénes han sido los ideólogos de la
caracterización de marxista para el insospechable Bergoglio, él finge tomarla en
serio. Y no se ofende. Quién sabe si se le ocurre que tal vez tengamos derecho
a hacerlo los marxistas que vivimos en este mundo, ya sea en estado de
optimismo, de derrota, de moderada confianza, de melancolía, o de rabiosa resistencia.
Los que estamos convencidos de que dios es una fábula, y todas las religiones,
nada más que supercherías funcionales a la explotación de clase. “La religión
es el opio de los pueblos”, escribió Carlos Marx. El jefe de la más poderosa de
las religiones no debería tener el privilegio de ser confundido con un
marxista.</span></div>
Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-41036250741241748972013-11-06T22:33:00.000-03:002013-11-06T22:34:20.690-03:00Serrat en el Luna, hace treinta años<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMu36iqoefdWJITFGpkjfpUkMyqw2Prk5_Dv2VBYCkr1VqK-D4M4m-zjjIcfo0e-QqSA6sor0v4xY-NFAc5mRqD_lsLrYStncrbWraO8RfR9o_-nvbptgXK5Hne3SA2aS8Ht56f4LeiF8/s1600/Luna+Serrat.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMu36iqoefdWJITFGpkjfpUkMyqw2Prk5_Dv2VBYCkr1VqK-D4M4m-zjjIcfo0e-QqSA6sor0v4xY-NFAc5mRqD_lsLrYStncrbWraO8RfR9o_-nvbptgXK5Hne3SA2aS8Ht56f4LeiF8/s1600/Luna+Serrat.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Mi hijo Matías me mandó hoy un mensaje con unos videos de la
televisión española sobre los recitales de Joan Manuel Serrat en el Luna Park,
en junio de 1983. Yo estaba ahí, en una de esas gradas repletas, no solo de
personas, sino de mucho más. Las imágenes y el sonido, a veces, devuelven la
vida a emociones que el tiempo y las circunstancias van relegando a rincones de
la memoria.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ahora me acuerdo de todo, como si estuviera sucediendo: la
expectativa, la alegría tanto tiempo contenida, una extraña fraternidad en un
público que celebraba una fiesta. No se trataba solo del regreso de un cantante
popular, querido y admirado, ausente del país desde hacía ocho o nueve años.
Era como si la vida, brutalmente interrumpida por el terror y la barbarie,
retomara su curso, herida pero imparable.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Cuando él apareció en la escena, precedido por los primeros
acordes de la primera canción, estalló el estribillo que unificó a la multitud:
“Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar”. Serrat se quedó quieto,
en silencio, asintiendo con la cabeza, y no hizo el menor gesto hasta que,
varios minutos después, mientras seguía sonando la música sin otras palabras
que las del público, el apagarse del estribillo lo autorizó a a cantar.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Disfrutamos de las viejas canciones, y subrayamos con
aplausos y vítores cada frase que aludía, aunque fuera lateralmente, al cambio
de época que deseábamos. “Prefiero”, cantaba, “la revolución a las pesadillas”,
y nuestra propia pesadilla de más de
siete años nos hacía llorar. Pero se terminaba, y el sonido de esa canción,
ahí, en el corazón de una Buenos Aires ensangrentada y envilecida, era un
testimonio de ese final.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">No somos los mismos de entonces, y seguramente tampoco lo es
Serrat. Pero más allá de lo que cada uno piense o sienta ahora, treinta años
más tarde, en esas noches se anudó un lazo que tal vez nada pueda destruir. Un
lazo hecho de nuestra propia historia, de un momento de ella que no está en
archivos ni en documentos, sino en aquellos corazones nuestros, maltrechos y
sobrevivientes. </span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-24463491536492512012013-10-15T01:19:00.000-03:002013-10-15T08:59:48.753-03:00El futuro, que no venga<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEfjGfxwINVF4J_QEkF_0Ofz_IiWuvpphCYXW8vVGY022ly_gcaHUHeEVo0mCT5Glzd6dZihtP7L8uOtluoP1_4kfGUZwyYmylaB9RYklxX4VsI8otMMf4bufMGRln-kkJvn1UGAVdrZw/s1600/cara+de+Castelli.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEfjGfxwINVF4J_QEkF_0Ofz_IiWuvpphCYXW8vVGY022ly_gcaHUHeEVo0mCT5Glzd6dZihtP7L8uOtluoP1_4kfGUZwyYmylaB9RYklxX4VsI8otMMf4bufMGRln-kkJvn1UGAVdrZw/s320/cara+de+Castelli.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
No solo la invasión europea empezó un 12 de octubre. Ese
mismo día, pero en 1812, trescientos veinte años después de que Cristóbal Colón
y los suyos desembarcaran con las buenas nuevas del cristianismo y de la
explotación sin límites en la isla del Caribe que llamaron La Española, murió
en <st1:personname productid="la remota Buenos Aires" w:st="on"><st1:personname productid="la remota Buenos" w:st="on">la remota Buenos</st1:personname> Aires</st1:personname>
Juan José Castelli. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En el medio hubo tres siglos de dominación de la corona imperial,
pero sobre todo hubo los dos años fulgurantes en los que Castelli entró en la
historia como un relámpago, los dos primeros años de la Revolución de Mayo. Él
había nacido en 1764, en esa pequeña aldea a las orillas del Plata que se
preparaba para torcer <st1:personname productid="la historia. Era" w:st="on">la
historia. Era</st1:personname> poco más que un niño cuando los padres
eligieron por él que fuera cura, y lo mandaron a estudiar a Córdoba primero y
después a Charcas, en el Alto Perú.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En el Colegio de Monserrat tuvo compañeros con los que
compartiría, en la misma vereda o enfrentados, los avatares de <st1:personname productid="la Revolucin. Tambi←n" w:st="on">la Revolución. También</st1:personname>
tuvo un cura Rector que vio, tal vez, lo que había que adivinar en él. En 1784,
ese cura escribió, sobre Castelli, que tenía “un ingenio delicado, capaz de
cualquier cosa”. Y también escribió un ruego que encubría, tal vez, una
profecía: “Dios le guarde el corazón, que es docilísimo, y acaso fácil de
pervertirse si tiene malos compañeros”. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Debe haber tenido, Castelli, malos compañeros, o quizás no
le hicieron falta. Largó los estudios teológicos, se hizo revolucionario radical,
jacobino, anticlerical, estuvo a la cabeza del derrocamiento del Virrey
Cisneros en 1810 junto a su primo y amigo Manuel Belgrano, se hizo cargo en
persona de sofocar la contrarrevolución de Santiago de Liniers en Córdoba, y
dirigió la ejecución del héroe de <st1:personname productid="la Reconquista. Después" w:st="on">la Reconquista. Después</st1:personname>,
la Junta lo hizo jefe político del ejército que fue al Alto Perú, que venció en
Suipacha y que cayó en Huaqui. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Antes de la derrota, Castelli tuvo tiempo para proclamar el
fin de la servidumbre indígena y la igualdad de todos los americanos en las
ruinas de Tiahuanaco, delante de una multitud de collas y de aymaras. No se lo
perdonaron, los aristócratas españoles, ni los criollos. La iglesia no le
perdonó su ateísmo, ni que persiguiera a los obispos contrarrevolucionarios sin
reparar en jerarquías.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Los conservadores que se habían hecho del poder en Buenos
Aires, y que parecían haber puesto fin a la revolución, lo acusaron de todo:
libertino, impío, hereje, borracho, traidor. Mientras se defendía en el juicio
que le siguieron, se enfermó de cáncer. Le amputaron <st1:personname productid="la lengua. El" w:st="on">la lengua. El</st1:personname> mejor orador
de la Revolución tuvo que defenderse por escrito. El juicio no terminó, porque
él murió antes, a los 48 años. Unas quince personas fueron a su entierro. Unas
horas antes, en plena agonía, derrotado y sin esperanza alguna, había pedido
papel y lápiz, y había escrito sus últimas palabras: “Si ves al futuro, dile
que no venga”.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-2169411524017085152013-09-08T22:29:00.000-03:002013-09-08T22:29:41.733-03:00Septiembre<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEih0O1II6SH7JiVDFrB3LDWMvaWjWqFCDD6WA6BwkZilTEZdQDYlzehIYEdwohb9YLvD_rvOrNkuYbtZrinCVySys_U0l6weqERp0uL_esuEI11cfVTls8l9RgXJBZZDHy0kypqhzyTuPw/s1600/11+de+seotiembre.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEih0O1II6SH7JiVDFrB3LDWMvaWjWqFCDD6WA6BwkZilTEZdQDYlzehIYEdwohb9YLvD_rvOrNkuYbtZrinCVySys_U0l6weqERp0uL_esuEI11cfVTls8l9RgXJBZZDHy0kypqhzyTuPw/s1600/11+de+seotiembre.jpg" /></a>Cuando yo era chico, el once de septiembre era apenas el Día
del Maestro. Acto escolar, liberación de las horas en el aula, horas con la
mirada que no quería aburrirse y se extraviaba por esa ventana que en el cuarto
banco, en la fila de la izquierda, dejaba ver un campito con otros chicos y una
pelota. Todo en nombre de la muerte de Sarmiento, de quien ignoraba todavía
todo, lo que me genera admiración y lo que me genera rechazo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Después, el once de septiembre fue un bombardeo en Santiago
de Chile, donde un hombre honrado y valiente se despedía de su pueblo, por el
que había intentado una hazaña formidable: llegar a la justicia, a la igualdad,
sin sangre ni violencia pero sin agacharse y sin mezquinar el propio cuerpo.
Adiós a Salvador Allende, y a su empresa ingenua pero lúcida, lúcida pero
ingenua. Y yo tenía <a href="http://veintecargas.blogspot.com.ar/2010/09/la-memoria-del-chileno.html">un amigo</a>, allí, en Santiago, por quién tuve miedo ese día,
y cuya muerte tuve que llorar poco más adelante.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En <a href="http://veintecargas.blogspot.com.ar/2011/09/dos-onces-de-septiembre.html">2001</a>, el once de septiembre por la mañana, fui con mi
pequeña hija de dos años a un negocio del que era mi barrio, Villa Crespo, a comprarle un
par de zapatillas. Le estaba probando unas cuando la dueña del negocio me
preguntó si sabía lo que pasaba en Nueva York, donde un avión se
había estrellado contra una de las Torres Gemelas. No sé cuántas cosas pensé en
ese instante, pero levanté en brazos a mi chiquita de cabeza enrulada, dejé la
compra para otro día, y corrí hasta mi casa, y encendí el televisor justo a
tiempo para ver que un segundo avión chocaba de lleno contra la segunda torre.
Volví a tener miedo, ahora por personas de las que ignoraba todo
individualmente: afganos, iraquíes, palestinos. Otra vez el miedo tenía razón.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Es difícil saber ahora qué cosas dice el once de septiembre,
un día de un mes que por otra parte representa la vuelta de la vida para
aquello de más arcaico que sigue vivo en nosotros. Un mes que se fue cargando
de resonancias que, al menos en mí, pueden más que la primavera. </div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-27584390773656506442013-07-29T10:54:00.000-03:002013-07-29T10:54:04.368-03:00¿Sabe Francisco lo que dice?<span style="background-color: white; color: #333333; line-height: 13.600000381469727px;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En Brasil, Jorge Bergoglio, alias Francisco, llamó a los jóvenes a "servir y llevar a Cristo hasta las periferias existenciales", para “arrancar y arrasar el mal y la violencia, para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio”. ¿Sabrá lo que dice? ¿Ignora acaso cuánto del mal, de la violencia, de la intolerancia, del odio, en dos mil años de historia, son el fruto de la prédica de la iglesia sobre la que reina? ¿De su propia prédica, aquí, en la Argentina, acerca del matrimonio igualitario, de la despenalización del aborto, de una exposición artística de León Ferrari, de las barbaridades que cometieron curas que él protegió y protege? Desde la periferia existencial, Bergoglio, no, gracias, va a ser mejor que nos arreglemos solos.</span></span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-83176349098040580882013-07-25T11:20:00.003-03:002013-07-25T17:17:30.521-03:00Bergoglio y los pobres del Brasil<span style="font-size: 12pt;">Jorge Bergoglio, conocido ahora como Francisco a
secas, exhortó en <a href="http://veintecargas.blogspot.com.ar/2010/11/el-paraiso-segun-ratzinger.html">Brasil </a>a rechazar “el dinero, el poder, el éxito y el placer”.
Lo dijo en un país en el que, a pesar de los avances de los últimos años,
decenas de millones viven en una pobreza tan brutal como lo es la riqueza de
una minoría riquísima. Para los pobres del Brasil, dinero, poder, éxito y
placer son atributos exclusivos de quienes los explotan. Si el discurso del rey
de la iglesia católica estaba dirigido a los pobres, en él resuenan el
desprecio y <st1:personname productid="la burla. De" w:st="on">la burla. De</st1:personname>
lo contrario, solo era un guiño hipócrita para los poderosos, que no parecen
dispuestos a renunciar a nada</span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-36345452890676770372013-05-18T00:11:00.000-03:002013-05-18T00:11:16.720-03:00Que no descanses, Videla<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Mientras él estaba en el poder, mastiqué odio, rabia, dolor,
miedo, vergüenza. Una vez, un amigo que se iba del país me preguntó por qué me
quedaba. Le dije que quería estar aquí el día de <st1:personname productid="la revancha. No" w:st="on">la revancha. No</st1:personname> hubo
revancha. Hubo, sí, casi al final, el día en el que les gritamos asesinos en la
Plaza, y ellos nos gasearon y balearon al obrero mecánico Dalmiro Flores.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Hubo, después, los incontables días en que marchamos
gritando los desaparecidos, que digan dónde están, ni olvido ni perdón, no hubo
errores, no hubo excesos, son todos asesinos los milicos del Proceso, hubo un
juicio, condenas, pero también la obediencia debida, el punto final, los
indultos. No hubo revancha. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Después de muchos años, llegó una dosis de justicia, sin
revancha, y él fue a parar a una celda, donde ayer murió. Eso no calma ni el
dolor, ni la vergüenza, ni <st1:personname productid="la rabia. Ya" w:st="on">la
rabia. Ya</st1:personname> no hay miedo, desde hace tiempo, y ese objeto de odio ha desaparecido de este mundo. Se llevó muchos años de nuestras vidas, y
demasiadas vidas. Que no descanses, Videla.</span></div>
Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-76888659835238546642013-04-14T01:56:00.000-03:002013-04-14T01:56:58.546-03:00Salud, 14 de abril<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE_1BAT1MuLRKRSd5x2mSsPhTfPGEwHKpgtV0RiTocWT4tyEJfBX7KqCWPI7W-wHXbtxdz-4geL4cMBKDx2Wfpwpywn6pJE8S2H2OpNmPdJPYHSjTlQr9ny1GRByHbrEKiC2qYfpVneDY/s1600/Miguel_hernandez_guerra.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE_1BAT1MuLRKRSd5x2mSsPhTfPGEwHKpgtV0RiTocWT4tyEJfBX7KqCWPI7W-wHXbtxdz-4geL4cMBKDx2Wfpwpywn6pJE8S2H2OpNmPdJPYHSjTlQr9ny1GRByHbrEKiC2qYfpVneDY/s400/Miguel_hernandez_guerra.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">“Cada 14 de abril se le resbalan dos lágrimas, vueltos los
ojos y el ánima a las costas de Estoril”, cantaba hace más de cuarenta años
Joan Manuel Serrat. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">La que lloraba en su canción era una “muchacha típica”, de
familia aristocrática, monárquica como su padre, sufriente por el dorado exilio
portugués de los Borbones que ya no reinaban en España. Allí, en la conmovedora
patria del poeta Miguel Hernández, la feroz dictadura reaccionaria y
oscurantista de Francisco Franco, Caudillo de España por la Gracia de Dios, que
había aplastado en una desigual guerra civil a la República nacida precisamente
un 14 de abril, el de 1931, preparaba sin embargo la restauración de los
Borbones. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">El rey Juan Carlos, cazador de elefantes, es el resultado de esa
elección política. En 1975, muerto el asesino y coronado el príncipe, el
diezmado y perseguido pueblo español empezó a acostumbrarse a la condición de
súbdito de una monarquía. Pero no todos lo hicieron. No se convirtió en mero
rebaño de ovejas el país de los más valerosos combatientes que había visto el siglo. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Ahora, en medio del derrumbe de la rica y soberbia Europa capitalista y conservadora, el pueblo que alumbró hace un par de años a los Indignados recuerda cada día con más
fuerza a <st1:personname productid="la heroica Repblica. Para" w:st="on"><st1:personname productid="la heroica Repblica." w:st="on">la heroica República.</st1:personname> Mientras tanto, </st1:personname>allí están los versos de Miguel, muerto en
la cárcel de la dictadura a los 31 años, como una verdadera promesa a su mujer y
a su país embarazados: </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">“Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">envuelto en un clamor de victoria y guitarras,</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">y dejaré a tu puerta mi vida de soldado</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">sin colmillos ni garras”.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Salud, República Española. </span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-42859727966571517682013-04-07T22:55:00.003-03:002013-04-07T22:55:52.757-03:00Humilde<span style="background-color: white; color: #333333; line-height: 13.600000381469727px;"><span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: large;">Visto en televisión: una nenita lleva y trae cosas en un centro de ayuda a las víctimas de la inundación, en La Plata. El movilero le pregunta qué está haciendo. Ayudando, contesta. ¿Cuántos años tiene? Ocho. ¿Cómo se compone su familia? La nena vacila un segundo, sonríe, alza los hombros. "De gente humilde", dice, y lo dice como quien dice una obviedad.</span></span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-39874867424827238842013-04-05T15:55:00.000-03:002013-04-05T18:22:56.099-03:00Inundaciones<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMNpdD3Bl0MtmMVhw3yrpaV7CcAagNddXTeCpXqLdsfgmtjDbgD1rhkFV61toG70eoYfg8kn03NwxlcLTeY6C6fXT8fBvOGlyfV4O-y64gP_rFh2rTYUqlaN5LXw4qldhBtYuCBVDO5qU/s1600/inundaciones.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMNpdD3Bl0MtmMVhw3yrpaV7CcAagNddXTeCpXqLdsfgmtjDbgD1rhkFV61toG70eoYfg8kn03NwxlcLTeY6C6fXT8fBvOGlyfV4O-y64gP_rFh2rTYUqlaN5LXw4qldhBtYuCBVDO5qU/s320/inundaciones.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b><i>“Bramando se viene el agua
del Paraná, creciendo noche y día sin parar”.</i> Así decía la letra de Los
inundados, un chamamé muy popular en los años sesenta. Y así eran las
inundaciones que conocí de chico, aunque el que crecía no era en mi caso el
Paraná, sino el arroyo Villaguay o los ríos Gualeguaychú o Gualeguay, en Entre
Ríos. Se la veía venir, a <st1:personname productid="la inundación. El" w:st="on">la
inundación. El</st1:personname> agua salía de su cauce, y avanzaba, a veces
durante días, y los pobladores iban midiendo y calculando hasta dónde llegaría
esa vez. Primero las casitas o los ranchos más cercanos a la costa, después los
bordes del pueblo, y en los peores casos más adentro. <o:p></o:p></b></span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>Había
evacuados, y las escuelas, las iglesias y los cuarteles albergaban a las
víctimas, que esperaban el momento de volver a sus casas. Había dolor, y miedo,
y pérdidas, y hasta tragedias. Pasaba en zonas rurales o casi, y y en los barrios
ribereños de las ciudades. En ocasiones eran graves. Pero se las veía venir. Algunos
podían sacar algo de sus casas, y hasta salir ellos mismos antes de que llegara
el agua. <o:p></o:p></b></span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>“<i>Estaba
triste la tarde cuando me fui”</i>, decía la canción, pero al final el cielo se
limpiaba, cantaban las calandrias y los crespudos, y los inundados volvían a
sus casas, o a lo que hubiera quedado de ellas, a seguir su vida <i>“peleando a
la corriente”</i>. Así las recuerdo. No hay nada de romántico ni de pintoresco
en <st1:personname productid="la evocación. Había" w:st="on">la evocación.
Había</st1:personname> un pueblo que sufría, pero esas inundaciones tenían un
ritmo, un anuncio, un tiempo, una integración con esos ríos que mientras no
mostraban su potencia destructiva formaban parte de lo mejor de la vida.<o:p></o:p></b></span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>Ahora,
en la gran ciudad de Buenos Aires, las inundaciones son relampagueantes,
imprevistas, ubicuas. Media hora de lluvia impiadosa, y las calles se vuelven
torrentes que barren con todo, y el agua se mete en las casas por sorpresa, en
cualquier barrio, en plena madrugada, y en pocos minutos arruina y mata. Y la
culpa no la tiene la naturaleza de un río. Hay culpables de carne y hueso. Desidia,
incompetencia, corrupción. Cuando el cielo se limpia, no se oye cantar a ningún pájaro.</b></span><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-68374673246683091442013-03-25T21:55:00.000-03:002013-03-25T21:55:23.282-03:00Estela y el papa<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="background-color: white; color: #333333; line-height: 18px;">En medio del vendaval papista que absuelve de todo a Jorge Bergoglio, Estela Carlotto se mantiene en su eje, que no es poco. </span><span style="background-color: white; color: #333333; line-height: 18px;">"Bergoglio nunca habló de nuestros desaparecidos ni de los nietos que estamos buscando". "Siempre tuvimos ganas de hablar con él. Esperábamos que nos convocara como máximo exponente de nuestra iglesia en la Argentina, pero nunca nos llamó".</span></span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-16145813469202363892013-03-25T00:09:00.001-03:002013-03-25T00:09:00.565-03:00Francisco, el 24 de marzo<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 12.800000190734863px; line-height: 18px;">Por Avenida de Mayo, a unos cincuenta metros de la Plaza, un Che Guevara de sonrisa socarrona pedía libertad para los cinco cubanos presos del gobierno de los Estados Unidos. Se lo pedía, que entienda el que quiera entender, al nuevo papa que vive en Roma: “Santo Padre, usted puede”. No lejos de allí, una agrupación que llevaba el nombre de Pichi Mesegeier, un jesuita que vivía en la Villa 31 durante los setenta, reclamaba: “Francisco, entregá los archivos de la iglesia durante la dictadura”. Un poco de aire en medio de la solemne nube de incienso bergogliano.</span>Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-23096923317147505022012-10-02T10:42:00.001-03:002012-10-02T10:42:59.026-03:00Hobsbawm en Buenos Aires<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgr8NyoqYJ1K1jbKZX4WmX3qH0NfQGZgVU0cj03vShNRc8PqMOt9_S1_bpczjyZubEcM3dGXHF3JuWBhj__DEJlYseuxlnjFXGhuIqu8tFwq7b-VTHAaVlzewDeL1_x0gN-KhJNMmE8e0A/s1600/eric+II.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgr8NyoqYJ1K1jbKZX4WmX3qH0NfQGZgVU0cj03vShNRc8PqMOt9_S1_bpczjyZubEcM3dGXHF3JuWBhj__DEJlYseuxlnjFXGhuIqu8tFwq7b-VTHAaVlzewDeL1_x0gN-KhJNMmE8e0A/s1600/eric+II.jpg" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"><b>En noviembre de 1999, Eric Hobsbawm estuvo de visita en Buenos Aires.
Tuve el privilegio de participar de una entrevista con él, junto a otras tres o
cuatro personas. Escribí entonces una nota para el periódico La Vanguardia, de
la que transcribo a continuación solo algunos párrafos.</b><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">“Un historiador no está nunca de vacaciones”, dice el historiador
británico Eric Hobsbawm. Está citando, aclara, a un ilustre colega y amigo, ya
desaparecido, el francés Fernand Braudel.
Antes, ha asegurado que aprendió a hablar español en sus viajes por
América Latina, en la calle y en charlas de café. Es un método de aprendizaje,
sostiene, más rico que cualquier otro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">……………………………………………………………………………………………….<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">A los ochenta y un años, el intelectual inglés no ha decidido aún poner
fin a su larga obra. Planea retomar la
investigación acerca de las formas pre políticas de rebelión popular, un tema
que lo apasiona desde hace muchos años y sobre el que escribió uno de sus
libros más admirados, el ya clásico <i>Rebeldes Primitivos</i>. “Me parece que el tema
no está agotado - se entusiasma -, que tiene aspectos todavía inexplorados.
Cuando escribí aquel libro no me di cuenta de todo lo que había allí. Creo que
en los tiempos anteriores al capitalismo, a la sociedad moderna, había una idea
en la cabeza de la gente alrededor de las que podrían ser unas relaciones
aceptables entre los seres humanos, en términos de la justicia social, la
libertad, <st1:personname productid="la emancipacin. Todo" w:st="on">la
emancipación. Todo</st1:personname> ello dentro de ciertos límites, relativos
a la accesibilidad del poder, a la perspectiva, a la amplitud de conocimientos
de <st1:personname productid="la gente. Esa" w:st="on">la gente. Esa</st1:personname>
manera de pensar el mundo social cambió, después de la era de las revoluciones,
no sólo por el nuevo contexto político, con el establecimiento de los estados
nacionales, sino sobre todo por la invención de un nuevo vocabulario, de un
nuevo lenguaje para expresar un discurso político-social. Pero es que todavía
hay grandes zonas del mundo que están en tránsito desde sociedades anteriores a
la Modernidad”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">……………………………………………………………………………………………….<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">La aparición del libro (<i>Historia del siglo XX</i>, o <i>La era de los
extremos</i>) en Europa motivó, entre muchos comentarios, el de que su autor
escribe “como un marxista desilusionado”.
Hobsbawm reflexiona al respecto: “He pasado más de la mitad de mi vida
esperando el triunfo de la revolución mundial. Cuando comprendí que ya no era
posible, esperé todavía un mejoramiento
del socialismo realmente existente, pero parece que eso tampoco fue posible. Es
claro que tengo que estar desilusionado. Pero en un sentido, en lo que se
refiere a mi oficio, eso no es malo. La buena historia es la historia hecha por
los vencidos, no por los vencedores. La derrota agudiza el sentido de análisis.
En cuanto al marxismo, hay que decir que pese a todo su genio, Marx se equivocó
en algunas cosas, pero no siento ninguna desilusión con el modo de ver la
Historia según el método de Marx. En todos mis libros he intentado aplicar
precisamente ese método”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">………………………………………………………………………………………………<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<st1:personname productid="La “Historia" w:st="on"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">La <i>Historia</i></span></st1:personname><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"><i> del Siglo XX</i>,
que ha sido traducida a la friolera de treinta y seis idiomas, no lo ha sido,
curiosamente, al francés. Hobsbawm asegura que no tiene para ese asunto una
explicación clara: “Habría que preguntarles a los franceses. Algunos me han
dicho que creen que quienes seguramente escribirían las reseñas en los
periódicos no harían una crítica favorable, y que eso perjudicaría <st1:personname productid="la venta. Es" w:st="on">la venta. Es</st1:personname> probable que a
esos críticos la obra les resulte demasiado marxista. Me ha pasado antes, al
revés, con otros libros. En <st1:personname productid="la ex Unin Sovi←tica" w:st="on">la ex Unión Soviética</st1:personname> mis textos no fueron nunca
publicados, porque las autoridades no los consideraban suficientemente
marxistas”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">………………………………………………………………………………………………<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Hobsbawm recordó también a “algunos amigos argentinos que ya no están”:
“Uno de ellos es Pancho Aricó, un hombre de un intelecto fino, un socialista
impresionante. Los otros dos eran escritores, y tuve el honor de tratarlos hace
muchos años en La Habana: Julio Cortázar y Rodolfo Walsh”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">……………………………………………………………………………………………….<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">“Cuando era muy joven creía en la posibilidad de construir un mundo
perfecto. Ya estoy demasiado viejo para creerlo, pero sí creo en un mundo
mejor, en un mundo para todos, sin excluídos”. Dos días antes, al finalizar una
de sus conferencias, había dicho que después de haber sobrevivido al terrible y
deslumbrante siglo veinte, tenemos razones para ser optimistas. Moderadamente,
pero optimistas al fin. <o:p></o:p></span></div>
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Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5935049112653655870.post-2264256983387367612012-10-01T10:32:00.003-03:002012-10-01T10:33:13.146-03:00Adiós, maestro<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhehEuNLeI5siyMRAhKYTO1lQ_kgMZOZWU8yfiih5s7Dwv5N_1jK3VhfRSPeuBcJ4SXUSB6-PmMutgy-S-cIWdch-8Yzl4h09OS-EXgiS_HWMnPd14yB9l1H5B4dZD_KfChrFmIsKuNBfY/s1600/eric.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhehEuNLeI5siyMRAhKYTO1lQ_kgMZOZWU8yfiih5s7Dwv5N_1jK3VhfRSPeuBcJ4SXUSB6-PmMutgy-S-cIWdch-8Yzl4h09OS-EXgiS_HWMnPd14yB9l1H5B4dZD_KfChrFmIsKuNBfY/s1600/eric.jpg" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
A fines de los años setenta, en los años más negros, nos
reuníamos todos los viernes a la noche a leer a Eric Hobsbawm en un
departamento de dos ambientes de Palermo, que todavía era un barrio con
almacenes y talleres mecánicos. Éramos cinco profesores de Historia a los que
se nos había escamoteado el saber de uno de los más notables historiadores del
siglo. Durante esos viernes leímos y discutimos Las Revoluciones Burguesas y
otros textos, y aprendimos algunas cosas para siempre. Muchos años después, a fines del siglo, Hobsbawm definió a Carlos
Marx como “lo que los japoneses llaman <i>sensei</i>, es decir, un maestro intelectual
con el que se tiene contraída una deuda que no se puede pagar”. Más de una
generación de historiadores, seguramente, piensa lo mismo de él. </div>
Ulises Muschiettihttp://www.blogger.com/profile/14977363641687538221noreply@blogger.com2