martes, 23 de marzo de 2010

Una noticia del '76



El recorte, amarillento, es de La Opinión del viernes 26 de marzo de 1976. Tal vez sea excesivo llamarlo recorte: es un pedazo de papel cortado a mano, con apuro, sin cuidado alguno. Lo encontré años después, entre las páginas de un libro. No consigo recordar el momento en el que leí la noticia, ni lo que pensé, ni para qué quise guardarla.

Esto es lo que dice: “Un activista que incitaba e impedía el retorno de operarios al trabajo en la zona de Plaza Constitución, fue abatido, en la noche del miércoles, por una patrulla de fuerzas de seguridad. La información fue suministrada a través de un comunicado del Comando de Zona 1 en el que se señala que los efectivos de seguridad sorprendieron a un activista que incitaba al cese de actividades y trataba de impedir la concurrencia al trabajo de algunos operarios, siendo abatido por el fuego”.

La lectura de esa noticia, en ese momento, me explico a mí mismo, debe haber sido impresionante: incitaba a la huelga y fue abatido por el fuego. Ni siquiera se ponía en juego la batería de mentiras a la que íbamos a habituarnos: enfrentamiento armado, tentativa de fuga, arsenal escondido. No. Incitaba a sus compañeros (empleaba la palabra), y fue baleado por las fuerzas de seguridad. Fue asesinado en la calle, desarmado, porque quería que sus compañeros pararan. El comunicado no pone ni siquiera su nombre. NN. Desaparecido.

Tal vez la noticia me golpeó como anuncio, o confirmación, de lo que iba a suceder. Tal vez para eso, pienso, la incluyó en la página un trabajador de prensa que echaba, así, una botella al mar: “Sépanlo todos, esto es lo que viene”. Hay otra posibilidad. Los mecanismos no estaban todavía del todo aceitados. Alguien escribió mal, y escribió de más. Otro alguien se dio cuenta y lo publicó. Todavía hoy, 34 años después, los asesinos siguen negando lo que hicieron. En un desprolijo recorte, entre las páginas de un libro, hay una noticia que ya no es una advertencia. Es una confesión.

4 comentarios:

  1. Recuerdo el día en que, sentados alrededor de tu escritorio con motivo de un curso sobre historia, nos mostrarte este recorte. Fue muy impactante para mí la literalidad del texto.
    Gracias por compartirlo con nosotros y gracias por esta reflexión.

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  2. En realidad, Ulises, en esa época los diarios solo podían publicar los comunicados oficiales. Excepto el Herald, obvio

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    1. Claro, Conejo. El asunto es lo que se deslizaba en ese comunicado.

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  3. La claridad de las palabras que usas, y esa sencillez donde se arma el relato contrasta con el ruido que hace ese recorte, con formato de impacto de bala

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