jueves, 6 de mayo de 2010

El Bicentenario y el pueblo


Hace cien años, la República Argentina tiraba la casa por la ventana en la celebración de su primer centenario. Había pasado un siglo desde que en Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, una Junta de gobierno reemplazó al virrey Baltasar Cisneros, cuya autoridad había quedado reducida a nada por el derrumbe de la monarquía española. Ese día empezó una gesta, en la que participó cada vez más un pueblo politizado y en armas. Los que manipularon esa historia extendieron después el certificado: el 25 de mayo de 1810 nació la patria de los argentinos. De acuerdo con esa partida de nacimiento, ahora toca festejar el bicentenario.

Aquel primer Centenario fue la fiesta de los que habían logrado quedarse con los beneficios de setenta años de guerras civiles. Miles y miles de pobres y desconocidos criollos, indios y africanos habían muerto durante el siglo anterior para que fueran posibles sus cuentas bancarias, sus palacetes y sus estancias. Dueños de la tierra, del trigo y de la carne, de los ferrocarriles y del puerto, regenteaban con brutalidad un país en el que trabajaban y sufrían, además de los antiguos pobladores, los recién llegados inmigrantes de todas partes del mundo.

Apenas un año antes de la gran fiesta, el 1º de mayo de 1909, la policía montada que mandaba el coronel Ramón Falcón masacró a decenas de trabajadores anarquistas que se habían concentrado en Plaza Lorea. Cumplía órdenes del Presidente José Figueroa Alcorta, cuyo nombre - que entonces era conocido por su furia contra el movimiento obrero - campea hoy en una de las más elegantes avenidas de Buenos Aires, que atraviesa el barrio de querer y poder. Algunos años después, el mismo Falcón sería muerto por el anarquista Simón Radowitzky en la esquina de Callao y Quintana, y premiado póstumamente con su nombre en otra calle de Buenos Aires.

Era una Argentina cruel, la del Centenario. En esos primeros cien años, sin embargo, le pesara a quien le pesase, se había amasado un pueblo, de orígenes múltiples pero con una identidad cada vez más afianzada: en el siglo XX ya había un pueblo que se llamaba a sí mismo argentino, y que estaba dispuesto a dar pelea por las condiciones de su propia vida. Ese pueblo lloró a muchos muertos: en las calles de Buenos Aires durante la Semana Trágica de 1919, en los campos de la Patagonia en 1921, en la Plaza de Mayo bombardeada en junio del 55 y en los basurales de José León Suárez en el 56, en todo el país durante la última dictadura, en el Puente Pueyrredon hace apenas siete años. Ese pueblo, además, trabajó, produjo, cantó, escribió, creó. Si este país va a celebrar el Bicentenario de lo que sea que haya empezado aquel 25 de mayo, será bueno que el mejor homenaje sea para él.

12 comentarios:

  1. ¿Tenemos identidad los argentinos? ¿Qué cosas nos identifican hoy? ¿A qué llamamos Patria? ¿Quiénes somos la Patria? ¿A quiénes incluimos? Cosas que me pregunto a días del Bicentenario....

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  2. me gustó mucho, ulises.
    un abrazo,
    johana

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  3. Clarísimo como siempre, Ulises. Siempre ligado a las causas populares. Debemos conversar algunas cosas respecto del post 2011 en caso que continúe este modelo. Un abrazo grande.

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  4. Qué lindo texto, Ulises. Siempre es bueno hacer memoria.
    Un beso!!

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  5. Estás calumniando la memoria del presidente Figueroa Alcorta. No estaría mal que te interiorices en su figura, porque estás diciendo cualquier cosa.

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  6. Investigo la figura de ese presidente. Cuanto disparate junto escribiste. Guada

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    1. Enseñame, Guada. Hay dos líneas en mi texto que se refieren a ese Presidente. Contá qué investigaste.

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    2. Hola
      Te cuento. Escribí un libro sobre la personalidad de Figueroa Alcorta que salió en el mes de mayo, tiene 500 páginas. Uno de sus capítulos se llama "El presidente del pueblo" y trata sobre la relación que tenía con la gente, como lo querían, como ayudaba a la gente dentro de sus posibilidades. Como Figueroa Alcorta estaba enfrentado con el roquismo y la oligarquía, a través del tiempo su figura se borró y quedó totalmente desdibujada.
      En cuanto a Ramón Falcón, si bien mi libro no toca el tema porque no tiene que ver con el hilo conductor del mismo, es una figura que hay que investigar en profundidad. Quien ordenó disparar contra los manifestantes ese 1 de mayo de 1909 fue Amadeo Jolly Medrano, supuestamente en defensa ante ataques provenientes de los anarquistas (había un grupito que venía haciendo lío). Parece que fue Jolly quien acusó a Falcón de haberle dado la orden, cosa jamás probada y lo cierto es que se abrió sumario a Jolly Medrano y a cuatro anarquistas acusado de iniciar el lío. El Juez Gallegos que entendía en la causa sobreseyó a los cinco imputados de la masacre, tengo el fallo completo, si te interesa te lo mando por mail. Por otra documentación llegué a la conclusión que el principal responsable fue Amadeo Jolly Medrano. Otro tema, Falcón por esos días estaba teniendo un conflicto con el ministro del Interior, y el ministro quería que Falcón renunciara. Eso no es un tema menor porque algunos aprovecharon la masacre para ennegrecer el nombre del Jefe de Policía.
      Lo que hay que dejar fuera de toda cuestión de tantos confusos episodios es a Figueroa Alcorta, que ese 1 de mayo de 1909 estaba tranquilo preparando el mensaje que tenía que leer ante el Congreso ese mismo mes.
      Figueroa Alcorta fue un ser extraordinario, único y la mayoría de los argentinos no tenemos ni idea de todo lo que le debemos. Lo silenciaron, como silenciaron a uno de sus mejores amigos, David Peña, uno de los primeros revisionistas argentinos.
      Saludos
      Guada

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  7. En el libro hablo del aislamiento que Figueroa Alcorta sufrió tanto en el poder, como cuando estaba fuera de él. A esto le sumamos el hecho que era en extremo modesto y no le gustaba que se hablara mucho de él. Conclusión, se convirtió en un perfecto desconocido. Su lucha contra la oligarquía fue dura y sin tregua, y se lo hicieron pagar con creces. Admiro su fortaleza, el hecho que no se doblegó jamás, que supo enfrentarse a situaciones fuertes (casi toda la prensa en su contra intentando desetabilizarlo; una inauguración en la Sociedad Rural donde practicamente lo ignoraron, las intrigas del Jockey Club en su contra hasta el punto que Figueroa Alcorta decidió no asistir a un premio realizado allí, el hecho que no fueran invitados a los festejos del Centenario dos personas de su máxima confianza, y muchas más cosas que cuento en el libro, todo documentado)

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  8. Su hija Clara también tenía una profunda sensibilidad social como su padre y ambos dejaron buen recuerdo en Chile cuando fueron al país vecino en septiembre de 1910. Una señora chilena, Catalina de Ferraza, le escribió más tarde a Figueroa Alcorta para recordar esto y dijo, entre otras cosas: "Cuantas bondades, cuantos recuerdos nos ha dejado ud, y su bella hijita en la Capital. Cuantas lágrimas enjugó en los hospitales sacando de la miseria a tantos seres desgraciados" Menos mal que Figueroa Alcorta conservó la carta...Clara con el tiempo estuvo a cargo de una importante obra de ayuda social, la Casa del Canillita, acá tenés una idea de lo que hacía Clara
    http://vintageries.blogspot.com.ar/2013/04/clara-figueroa-alcorta-y-la-casa-del.html
    Saludos
    Guada
    Preguntame lo que quieras saber sobre Figueroa Alcorta, si está ami alcance, con gusto responderé.

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    1. ¿Serías tan amable de darme el título de tu libro, y tu nombre, o sea el de la autora? Desde ya que si hay nuevas investigaciones que cambien mi visión de cualquier aspecto del pasado estoy dispuesto, y obligado, a rectificar lo que he escrito. Te aclaro que no ignoro que Figueroa Alcorta pertenecía a una fracción de la oligarquía que llegó a enfrentarse con el roquismo, como Pellegrini y Roque Sáenz Peña, lo que no demuestra que no fuera un enemigo del movimiento obrero. Como no lo hace el hecho de su hija practicara la beneficencia. Si tu libro demuestra que F. A. se opuso a la ley de Defensa Social, sancionada durante su gobierno, lo voy a escribir en mi blog. De cualquier manera, no me has convencido de que en mi nota haya escrito muchos disparates juntos. Lo de que un grupito de anarquistas hayan estado "haciendo lío" antes de la policía montada los masacrara, me resulta un poco fuerte. Saludos y gracias por tus intervenciones.

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  9. Hola, el libro se llama "Figueroa Alcorta. El hombre de los tres poderes", soy Guada Aballe y salió por Olmo Ediciones. El libro no trata de este tipo de temas, eso puedo hacerlo para más adelante.
    Los disparates a los que me refería era en relación a la mención sobre Figueroa Alcorta.
    La Ley de Defensa Social hay que entenderla en su contexto histórico, estás en 1910, sancionada unos días después que una bomba explotara en el Colón. La misma violencia anarquista había provocado la muerte de una inocente criatura de 11 años el años anterior. Y volviendo al 1 de mayo de 1909, en la manifestación había un grupito rompiendo vidrieras, dando palos a motorman de tranvías, hasta que uno disparó un tiro.Y ahí Jolly Medrano desencadenó la locura total. Más violencia a la que ya había. Hubo tiros por todos lados (tengo una cantidad pero en este momento no a mano) y los principales responsables (Jolly Medrano y cuatro anarquistas) todos absueltos por el juez. Los fundamentos están en el fallo.
    Figueroa Alcorta debió haberse manejado con más firmeza con el tema del anarquismo, siempre dentro de la Constitución y la ley de entonces, pero bueno, las cosas no fueron de otro modo. Cuando la huelga de mayo de 1909 le pidieron a gritos que pusiera el estado de sitio y se negó. Había cosas que por sus convicciones personales no podía hacerlas, como cuando el diario La Argentina (un diario favorable a la clase obrera) le pidió que se conviertiera en jefe de las clases trabajadoras, su modestia se lo impedía, cuestión de personalidad; cuando el pueblo en enero de 1908 empezó a organizar manifestaciones a su favor, lo esperaban a la salida de la Casa Rosada, en la puerta de su casa, etc, él mismo terminó prohibiéndolas ¿lo podés creer?, una vez en Córdoba empezó a llorar delante de todos al ver las manifestaciones de cariño de la gente, dijo "no merezco tanto". Era así.
    Otra característica suya que le criticaban era su tendencia a indultar presos o conmutar penas de muerte. Creía en la recuperación social de la gente pero buenos palos le dieron por eso en algunos diarios. Los peores eran El Pais, El Diario, La Nación. Esos lo odiaban. Las barbaridades que han escrito sobre él.
    Saludos y que buen debate este.
    ¿Tenés Facebook?
    Guada

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