viernes, 4 de marzo de 2011

Cuándo se jodió Varguitas



Él tiene derecho a volverse tan desagradable como se le ocurra, y a pensar lo que quiera de lo que quiera. Antes, él cambió, aunque no haya sido más que en pequeños fragmentos, la vida de muchos. Porque nadie lee La ciudad y los perros a los veinte, ni Conversación en la Catedral a los treinta, ni La casa verde a cualquier edad, sin que algo cambie para siempre en su percepción del mundo.

Pero nadie, tampoco, revela toda esa historia, esas historias, sin ser alguien muy en particular. Alguien que ha visto, que ha entendido, que ha descifrado y que ha imaginado mucho más que esos otros que leen las historias que él narra. Un alguien peruano que parece haber entendido de qué va ser cholo o ser costeño en su país, de qué ser una puta en un caserío que linda con la selva amazónica, de qué padecer tortura, humillación y abusos en los tiempos de Rafael Trujillo en la Dominicana. De qué van el amor y el miedo, el deseo, la miseria, el odio, la cabeza y los huevos en la vida de cualquiera.

Entonces, cuando ese alguien peruano y escritor enorme expresa - que tiene derecho -, en La Nación - que tiene derecho a hacer de él su columnista -, que Cristina Fernández es “un desastre total” que sorprende por sus “niveles de incultura y de pobreza intelectual”, y que en cambio Silvio Berlusconi es “un caudillo democrático” que "se caracteriza por su elocuencia y su sentido del humor”, opiniones que parecen pertinentes para alguien cuyo intelecto nunca salió del country, o del barrio de Miraflores que lo parió, pero de donde parecía haber salido, sus lectores y el público en general también tienen derecho.

Por eso, venga o no venga a inaugurar la Feria del Libro, hable o no hable, descerraje o no sus sentencias contra la Presidenta, Varguitas ya se jodió, se jodió Mario Vargas Llosa en algún momento, cuándo habrá sido, y jodió a todos sus lectores, aunque tenga derecho. A todos sus lectores, a los que antes les cambió un pedacito de vida, a lo que también, enhorabuena, tenía derecho.

4 comentarios:

  1. al fin una postura legible sobre el tema con tantos idiotas hablando por todos lados. un capo, ulises como siempre

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  2. Ese es el punto, que nos haya jodido como lectores. Porque, en realidad, alguien más haciendo comentarios seudo políticos tilingos no modifica nada demasiado.
    Pero la pérdida de un escritor capaz de conmovernos hasta modificarnos es una verdadera desgracia.

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  3. Todavía no he podido superar el prejuicio con Vargas Llosa: no leí ninguno de sus libros por culpa de sus artículos periodísticos (que sí suelo leer, para mal de mi estómago).

    Abrazo!!

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  4. ¡Qué dilema Ulises! Cuándo se jodió, y cómo? Por ahí cuando estalló la crisis financiera una esquirla le pegó en la cabeza y se olvidó de los cholos y las putas y la selva.
    No leí nada de Vargas Llosa, pero si bien está en mis planes hacerlo (mi década va con La ciudad y los perros, sugerencia que tendré en cuenta), no puedo dejar de pensar en cuánto va a influir todo esto en mi lectura. Tal vez me equivoque y no, que ojalá, pero la idea ya está instalada.

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