jueves, 13 de octubre de 2011

Un mundo, un dolor


En febrero de este año, los rebeldes egipcios que peleaban en la Plaza Tahrir contra la dictadura de Hosni Mubarak escribían en pancartas su solidaridad con los trabajadores movilizados en una remota ciudad de, nada menos, los Estados Unidos: “Egipto apoya a los trabajadores de Wisconsin. Un mundo, un dolor”. Es que en Madison, Wisconsin, un gobernador estaba terminando con los derechos laborales de estatales y maestros, y se topaba, también él, con la resistencia de los de abajo, que devolvían el gesto: “De Egipto a Wisconsin, nos levantamos”.

Ahora se trata de los que ocupan Wall Street. Para el intelectual disidente Noam Chomsky, lo que se está cursando es una revolución democrática. “Tal vez sea el inicio de lo que verdaderamente necesitamos, ya que la democracia aquí ha sido casi eviscerada”, le dijo entonces a Amy Goodman, la artífice del programa radial Democracy Now.

Cualquiera sabe que el movimiento popular en los Estados Unidos está muy lejos de las formidables movilizaciones de los afroamericanos a principios de los años sesenta, o de los pacifistas que se oponían a la guerra de Vietnam a fines de esa década y principios de la siguiente. Pero el conjunto es inquietante. El tenue hilo que conecta una rebelión con otra es la crisis del capitalismo. La salida, cuando ya no hay caminos económicos para recuperar la tasa de ganancia del capital, se sabe, es la guerra. Destruir bienes para volver a crearlos.

En ese contexto hay que interpretar el oportuno descubrimiento, por parte de los servicios estadounidenses, de un complot iraní para destruir las embajadas saudita e israelí en Washington, que el propio Barack Obama da por probado. Desde hace al menos cinco años, la invasión de Irán por parte de la mayor potencia militar de la Tierra es uno de los planes que están sobre la mesa. Es probable que la crisis mundial haya por fin puesto el pie en el acelerador de los bombarderos. Es probable, también, que después de todo tengan razón los manifestantes egipcios: “Un mundo, un dolor”.  

2 comentarios:

  1. Excelente, Ulises!
    La guerra es la continuidad del comercio por otros medios.
    Saludos!

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  2. "Pero el conjunto es inquietante. El tenue hilo que conecta una rebelión con otra es la crisis del capitalismo." ¡Notón Maestro! De principio a fin, gracias totales

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