lunes, 1 de octubre de 2012

Adiós, maestro


A fines de los años setenta, en los años más negros, nos reuníamos todos los viernes a la noche a leer a Eric Hobsbawm en un departamento de dos ambientes de Palermo, que todavía era un barrio con almacenes y talleres mecánicos. Éramos cinco profesores de Historia a los que se nos había escamoteado el saber de uno de los más notables historiadores del siglo. Durante esos viernes leímos y discutimos Las Revoluciones Burguesas y otros textos, y aprendimos algunas cosas para siempre. Muchos años después, a fines del siglo, Hobsbawm definió a Carlos Marx como “lo que los japoneses llaman sensei, es decir, un maestro intelectual con el que se tiene contraída una deuda que no se puede pagar”. Más de una generación de historiadores, seguramente, piensa lo mismo de él.   

2 comentarios:

  1. He sentido hoy el mazazo de la muerte de Hobsbawm: algo así como una incipiete intemperie que acecha la espalda.
    Cada muerte, Castoriadis, Derrida, me han ido transformando en un huérfano. Sensación que hoy se incrementó.

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  2. Recomiendo mucho un libro de Hobsbawm que contiene un largo resportaje al historiador sobre el siglo XXI. Lindisimo y exacto recuerdo, Ulises. Un abrazo.
    Luis

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