lunes, 25 de marzo de 2013

Francisco, el 24 de marzo

Por Avenida de Mayo, a unos cincuenta metros de la Plaza, un Che Guevara de sonrisa socarrona pedía libertad para los cinco cubanos presos del gobierno de los Estados Unidos. Se lo pedía, que entienda el que quiera entender, al nuevo papa que vive en Roma: “Santo Padre, usted puede”. No lejos de allí, una agrupación que llevaba el nombre de Pichi Mesegeier, un jesuita que vivía en la Villa 31 durante los setenta, reclamaba: “Francisco, entregá los archivos de la iglesia durante la dictadura”. Un poco de aire en medio de la solemne nube de incienso bergogliano.

1 comentario:

  1. Parece que vieron a Francisco sacando la basura del Vaticano. Salió a la calle en galochas y sin solideo. Qué humilde! Es parte de la "revolución" que se viene en la Iglesia.

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