miércoles, 25 de mayo de 2011

Viene asomando


"El sol del 25 viene asomando", cantaba hace casi un siglo Carlos Gardel. Y aunque llueva y haga frío, el sol del 25 trae un calorcito, algún recuerdo, una noticia antigua: el pueblo depuso al virrey. Cisneros, era, Baltasar Hidalgo.
Lo reemplazó una Junta, lo que hoy se llamaría un gobierno de coalición, una lista de unidad, elegida por un puñado de argentinos, que así empezaban a llamarse en 1810 los habitantes de Buenos Aires, la “muy leal”. Los que decidieron fueron pocos, la gente decente. Pero había ruido de pueblo de verdad, en esos días, un ruido que venía de los cuarteles de ciudadanos en armas que habían vencido a los ingleses tres años antes.
El cartero Domingo French y su compañero Antonio Beruti estaban ahí, arrimando gente a la Plaza de la Victoria. Algunos habrían dicho que a cambio de un choripan, si ese manjar hubiera existido. El folclore de la historia escolar los quiere repartiendo cintitas celestes y blancas: French y Beruti, dos grandotes repartiendo cintitas. En realidad eran dos activistas, dos tipos duros que se habían ganado un lugar como oficiales de milicias elegidos por sus soldados, peleando con los invasores. Una revolución empezaba.
Con la lucidez que lo caracterizó sobre todo en la última etapa de su vida, el asombroso intelectual Juan Bautista Alberdi escribió setenta años más tarde que la Revolución de Mayo había sido un episodio de la Revolución Española, que lo había sido a su vez de la Revolución Francesa. Pavada de pedigree. En la Junta estaba Manuel Belgrano para darle la razón anticipadamente: discípulo de la Ilustración española, enamorado del eslogan más bello de los tiempos modernos, Libertad, Igualdad, Fraternidad, militante a muerte de la independencia de estas provincias.
Lo que realmente significó el movimiento de mayo de 1810, en qué consistió la revolución, qué cosas cambiaron, qué cosas no, sigue siendo un terreno fascinante de la discusión histórica. Para la memoria colectiva, basta con saber que ya en 1811 el aniversario era celebrado por el bajo pueblo en la calle, con luminarias, bailes y fuegos artificiales. El sol del 25 viene asomando. Aunque llueva.

3 comentarios:

  1. Alguien me dijo que la Revolución de Mayo cambió todo y de algún modo no cambió nada.

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  2. Te lo digo al revés y esquemáticamente: poco en seguida y muchísimo en un par de años. Un tema para discutir. Gracias por tus permanentes lecturas, Peregrino.

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