miércoles, 28 de diciembre de 2011

Cuento de Navidad


Ni dios, ni su hijo. Pero tampoco un revolucionario, ni un hombre que quiso cambiar al mundo. Apenas uno más entre los predicadores judíos que deambulaban por la antigua Palestina en una época en que esa región producía sobre todo sectas religiosas. Eso, en el caso improbable de que Jesús de Nazaret haya existido alguna vez.

Casi trescientos sesenta años después del que se supone fue el de su nacimiento, las autoridades de la iglesia que otros inventaron en su nombre, ya convertida en la religión de estado del Imperio Romano, decidieron que había nacido el 25 de diciembre. En esa  fecha se celebraba el Nacimiento del Sol Invencible, y antes aun las fiestas en homenaje al antiguo dios Saturno, ya caído en desgracia para la clase dominante pero todavía popular en Roma.

Durante siglos, la celebración de la Navidad sobrevivió con diversa suerte en el mundo cristiano, con tradiciones y mitologías también diversas. Repudiada por los cristianos protestantes, que en los siglos XVI y XVII la consideraron papista y pagana, la fiesta fue prohibida por los Padres Fundadores de los Estados Unidos, puritanos ellos, en las colonias que instalaron entre los Apalaches y el Atlántico.

Cualquiera diría, sin embargo, que la Navidad contemporánea es una creación norteamericana. Y así fue, o lo fue del triunfo del capitalismo, que es casi la misma cosa. El Norte triunfante en la Guerra de Secesión la convirtió en feriado nacional en 1870, y más tarde adaptó un personaje de la tradición nórdica para que fuera Papá Noel.

El barbudo que se ríe de nada, vestido con los colores de la Coca Cola, logró imponerse a sí mismo como un símbolo, al tiempo que imponía en muchas partes del mundo la compra de regalos como motivo central de la celebración. Eran los tiempos de la lucha contra el comunismo en nombre del derecho al consumo y del mercado libre, a comienzos de la Guerra Fría. El santo padre que vive en Roma tardó nada en subirse al trineo. Desde el pesebre, el nazareno no dejaba de aportar a la causa del mundo libre. Salud.

2 comentarios:

  1. En algunas partes de Buenos Aires vi árboles con nieve artificial, haciendo de la navidad, si es posible, un símbolo todavía más claro del imperialismo cultural. Y ni hablar de las nuevas fechas que aparecen: halloween, día de San Valentín, etc.. Para seguir con esta lógica el año que viene podríamos festejar nuestra independencia 5 días antes.

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  2. "Vacas, cerdos, guerras y brujas", de Marvin Harris. Tiene dos capítulos INELUDIBLES sobre Jesús, que deberían ser de lectura obligatoria.

    Salud!!

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