lunes, 19 de diciembre de 2011

Dorrego y Pacho, segunda parte


“El valeroso Dorrego, ¿no combatió junto a nosotros en el Ejército de Los Andes?”, preguntaba retóricamente la voz solemne de Ernesto Sabato, personificando al alma de Juan Lavalle, en un disco de 1965 en el que reciclaba la épica historia del “fin y muerte del general”, alojada en su novela Sobre héroes y tumbas. El cronista, que era entonces un adolescente, recuerda que cada vez que escuchaba ese segmento de la narración respondía en voz baja: “No, Sabato, Dorrego nunca estuvo en el Ejército de los Andes”.

Muchos años más tarde, en 1998, el psicoanalista  Pacho O’Donnell publicó uno de los libros por los que los medios masivos le han concedido una incomprensible chapa de historiador. El título que lleva esa colección de anécdotas sueltas es por lo menos sugestivo: El águila guerrera. La historia argentina que no nos contaron. El cronista confiesa que sólo llegó a hojearlo. Para su suerte, una de las páginas que leyó lo disuadió de comprar el libro.

En efecto, cuando relata una célebre conversación entre Manuel Dorrego y el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredon, sucedida en el fuerte de Buenos Aires en 1816, conversación que causaría el posterior exilio del coronel en los Estados Unidos, Pacho se despacha: “Pueyrredón supo que quien condujo la vanguardia del Libertador en sus mejores batallas lo estaba incriminando”. El cronista, que ya no era adolescente, y que había dedicado muchos años al estudio de la Historia, se oyó mascullar en voz baja, como en los tiempos del disco de Sabato: “No, O’Donnell, Dorrego jamás estuvo en el mismo campo de batalla que San Martín”.


El exilio de Dorrego se inició en noviembre de 1816, y el cruce de los Andes por el ejército de San Martín, en enero de 1817. El desterrado volvió al Río de la Plata en 1820, dos años después de Maipú. ¿Cuáles serán las mejores batallas del Libertador, en las que  Dorrego mandó su vanguardia, según Pacho? El cronista no habría puesto a Ernesto Sabato al frente de ningún instituto de investigación histórica, pero Sabato era un narrador de ficciones, y nadie tiene derecho a exigirle que lo que cuenta sea cierto. Al director del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, que se postula como revelador de la historia “que no nos contaron”, en cambio, sí. 

1 comentario:

  1. Dorrego había combatido con Belgrano, si mal no recuerdo, pero no con San Martín, que lo echó a la mierda del Ejército.
    El fusilamiento de Dorrego es uno de esos hechos malditos y contradictorios que parece que nunca se van a resolver.
    La historia de este país.

    Abrazo!

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