La riqueza de la burguesía chilena, a la que pertenece en un nivel privilegiado el presidente Sebastián Piñera, se ha edificado en buena medida sobre la explotación impiadosa de los trabajadores mineros. La derecha, en Chile, derrocó y asesinó a Salvador Allende en 1973, y destruyó todos los avances que el gobierno de la Unidad Popular había alcanzado con la nacionalización de la minería del cobre. Como dice una vieja canción popular, “color de sangre minera tiene el oro del patrón”.
Los treinta y tres trabajadores de la mina que permanecieron sepultados durante más de dos meses a casi setecientos metros de profundidad sobrevivieron inicialmente gracias a su temple, a su disciplina, a su solidaridad, a la experiencia de clase acumulada por sus propios linajes obreros. Después, el estado gobernado por los conservadores, sus antiguos enemigos, se puso al frente de las tareas de rescate - notables por cierto - más publicitadas de la historia del continente sudamericano, y felizmente ellos están a salvo.
Piñera, el mismo que defendió al dictador Augusto Pinochet, y que comparte con sus socios de orientación política la responsabilidad de la recrudecida explotación de los trabajadores mineros del siglo XXI, mantuvo su sonrisa publicitaria durante horas y días enteros para las cámaras de televisión de todo el mundo. El mensaje es claro: vivan los capitalistas que salvan a sus explotados que han sido víctimas de las condiciones de trabajo que ellos mismos han impuesto. Vivan los héroes que cantan a voz en cuello el himno nacional y que en seguida le hablan en inglés a todo el mundo. No es cosa de perderse la oportunidad. Habrá que ver cuándo la esforzada clase obrera ofrece otra oportunidad como ésta para oficiar de salvadores. Bien humanos y sonrientes.
Ulises no se si no se reflejo todavía mi comentario en el blog, pero lo quería felicitar por tener una mirada un poquito más critica y un análisis que a muchas coberturas les falto en estos días.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, Matías. Es nuestro trabajo, ¿no? Un abrazo.
ResponderEliminarExcelente!!
ResponderEliminarExactamente, es nuestro trabajo, pero no siempre lo cumplen quienes tienen la suerte de llegar masivamente al público. Yo, debo reconocer, no lo había pensado de esa manera, sino que me quede inmerso sin pensamiento en el show del rescate y sólo me percate cuando Sebastián Piñera agradeció, en una charla con unos de los rescatistas, a los norteamericanos por su solidaridad en ese momento y reflexione al respecto.
ResponderEliminarEn fin, le vuelvo a agradecer la mirada crítica que siempre es necesaria.
Un abrazo
A mí me desagradó mucho cuando después de rescatar al primer minero Piñera aprovechó el que sin duda sería el momento pico de rating mundial para mandarse un discurso demagógico y farsante de unos 20 minutos (los canales argentinos que pasé no le dejaron el audio, pero TVChile sí), donde parecía que el brillo de las cámaras le había hecho olvidar que aún quedaban otras 32 personas bajo tierra (33 teniendo en cuenta que había bajado un rescatista).
ResponderEliminarPor qué no muestran esto en la televisión? Mirá que hice zapping ehhh... Tenés que tener un programa Ulises, aunque sea uno de radio.. para cuando?!
ResponderEliminarAbrazo
La secuencia era:
ResponderEliminarsale el minero
saluda a su familia
saluda al Señor Presidente
saluda a la cámara de TV
recién luego se va en camilla
El marketing de la esperanza!
Saludos!